RESEÑA DE LOS ÁNGELES DE HIELO, POR MARÍA RUIZ
Los ángeles de hielo. Toni Hill. Impreso en Liberdúplex,
S.L. Sant Llorenç d´ Hortons (Barcelona), primera edición en Debolsillo en
marzo de 2017, 459 páginas. La presente obra es original en Español.
Aunque al
principio no tenía mucha fe en este libro, porque lo encontré por casualidad en
una librería a la que suelo ir cuando veraneo en Cádiz capital, llamada Las
Libreras, decidí darle una oportunidad a la obra, ya que estaba ambientada en
el comienzo del siglo XX y es una de mis épocas favoritas, a pesar de las
malditas guerras que la asolaron. Y precisamente con la guerra hemos topado. Los ángeles de hielo es una obra completamente
de intriga y tintes góticos, sin ir más lejos, comenzando por la estructura del
Colegio de los ángeles. Tal como se vislumbra en la sinópsis, la historia es
llevada por un cauce de dos vertientes; la Barcelona de 1916 y la del Colegio
de los ángeles de 1909.
Por un lado
tenemos la figura de Frederic Mayol, quién para mi es todo un ejemplo y que es
el personaje sobre el que gira la historia. Lisiado de guerra, tras alistarse
en uno de los frentes en la I Guerra Mundial, vuelve a Barcelona, lugar de
residencia de su padre, para posteriormente ir a trabajar en un sanatorio
psiquiátrico. Hasta aquí debemos apuntar la relación rota de sus padres, y como
resulta, la marcha de su madre muchos años atrás a cierta ciudad europea.
Uno de los
intereses del joven Mayol, es escribir un verdadero libro sobre la guerra,
contar la cruenta verdad que asola a ambos
bandos, y cómo puede llegar a cambiar el carácter de cualquier ser
humano.
Por otro
lado nos encontramos, atrás en el tiempo con Doña Águeda, Doña Irene, el resto
del profesorado del Colegio De Los Ángeles y su alumnado; todas muchachas de
hasta 16 años, a quienes intentan educar con una bella premisa; que en un mundo
gobernado por hombres, sean valientes, no solo de enfrentarse a lo que no les
gusta, sino a dar más de si, a no conformarse con ser madres, esposas y amas de
casa, a hacer grandes cosas en la vida. Hasta este punto diríamos que son valores encomiables para tales muchachas y que ese es, sin duda un
buen centro. Pero la historia anterior que lleva consigo el edificio y la
presente que narra el libro, te hará convencer de lo contrario.
A mi juicio
llegan momentos de la obra que comienzan a ser rancios, hubo un momento en que
no sabía por qué seguía leyéndola, pero no me arrepiento de haber seguido
adelante.
Como ya les
adelanté, Fedreric Mayol vive unas semanas con su padre, perteneciente a la
alta estofa de Barcelona y éste, organiza varias reuniones con señores
distinguidos. Es allí donde conoce al que se convierte en su amigo, Juanjo y
ambos en otra ocasión conocen en reuniones similares a los hermanos Raventós,
quienes son protagonistas de una horrible historia en la que se involucrará
Frederic, ya que se enamora de Blanca, la menor de ellos.
En el
colegio, todo son nervios por parte de las alumnas mayores, ya que será su
último año, y a esto se suman dos acontecimientos; la llegada de una chica nueva,
que más tarde descubriremos que es solo fruto de la imaginación de la
directora, Doña Águeda, y la obra de fin de curso, en la que interpretan
alumnas como Clarisa Miravé, Blanca Raventós, Concepción Hernando y algunas
otras. Ellas tienen un secreto, un oscuro secreto que acaba en tragedia.
El diario de
Doña Águeda es imprescindible para la trama, así como la intervención de una
tercera persona que es el narrador, que aparece en ocasiones aisladas para
aligerar la acción.
A pesar de
que la obra en su conjunto me ha gustado, hay detalles que a mi parecer,
descolocan el curso normal de la obra, que tiene detalles muy delicados en
cuanto a la forma de la narración. Un ejemplo de ellos es al describir el
colegio y a las alumnas mayores, la precipitación, que en palabras simples
viene a ser que se obliga a la historia a
contar quiénes son, y no lo hace de forma natural, haciendo que sea necesario y
salga “solo”, para mi, se hace muy aparatoso.
Para
concluir me ha impresionado la descripción de los estratos sociales y de las
diferencias tan abrumadoras entre unos y otros, así como la forma de
soslayadamente, hacer crítica de ello.
Me la apunto a mi larga lista de lecturas pendientes. Tiene buena pinta
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